[Guía práctica] Cómo utilizar la lectura para mejorar como escritores (Parte II)

La semana pasada comencé a hablarte sobre cómo puedes utilizar tus lecturas para mejorar tus textos, aun sin ser experto en literatura. A través de tres preguntas muy simples analicé el inicio de una novela y te expliqué de qué manera puedes conseguir recursos literarios para ponerlos en práctica en tus escritos.

Hoy vamos a dar otro paso adelante. Si has visitado este blog más de una vez, es muy probable que ya cuentes con formación en el campo de la escritura o que la estés adquiriendo. Incluso puede que ya tengas un método personal para sacar el máximo provecho de tus lecturas. Tanto si es así como si no, espero que estas ideas te sean de utilidad.

Cómo organizar la información: las fichas de lectura

En este artículo voy a comentarte estos puntos:

  1. ¿Es útil realizar fichas de lectura de todos los libros que leamos?
  2. ¿Cómo puedo enfocar una ficha de lectura?
    1. Trabajar un fragmento concreto del texto.
    2. Trabajar un elemento de la obra.
    3. Trabajar la obra de principio a fin.
    4. Trabajar una obra de la que no se sabe muy bien qué es lo que nos interesa.
  3. Ideas para crear una ficha de un fragmento de texto.
  4. Ideas para confeccionar una ficha de lectura completa.
    1. ¿Qué apartados puede tener esta ficha de lectura?
    2. No olvides tu objetivo.
  5. Una última sugerencia para organizar tus fichas de lectura.

1. ¿Es útil realizar fichas de lectura de todos los libros que leemos?

Me gustaría presentarte a mi amigo Pedro. Con el fin de sacar todo el jugo a los libros que lee, confeccionó la ficha más completa que puede hacerse para leer de forma crítica un libro. No olvidó reflejar ningún tema que pudiera comentarse, tanto del “fondo” como de la “forma” de la obra. Sin embargo, aunque su ficha era magnífica, me dijo que este método no le había servido de nada.

Mientras Pedro me explicaba su experiencia con sus fichas de lectura, se me vino a la cabeza la imagen de un pistolero de un spaghetti western. No te rías, que te estoy viendo. Suelo prestar atención cuando me hablan, pero tengo una imaginación muy fértil, qué le voy a hacer. Además, esta asociación de ideas (Pedro-pistolero) no es descabellada. Te argumento el porqué del parecido:

En algún momento de la película, el pistolero en cuestión, Joe, diría algo como esto: “Ten cuidado, Jimmy. Tengo un revólver y ganas de usarlo”. Y a continuación se hincharía a disparar a diestro y siniestro: a Jimmy, al barman del cabaret, al pianista, a los tahúres y trileros de dos mesas más allá, al parroquiano que acaba de abrir la puerta del local… Mientras, el espectador se queda pensando de qué le sirve tanto cadáver al bueno de Joe. En fin, creo que ya sabes por dónde van los tiros, ¿no?

Efectivamente, blandiendo su ficha, Pedro pensó: “Temblad, libros. Tengo una ficha de lectura y ganas de usarla”. Libro que caía en sus manos, libro que analizaba al detalle completando la ficha punto por punto. No importaba si el libro le había interesado mucho o poco, si le parecía brillante respecto al manejo del lenguaje o sobre la construcción de personajes… lo analizaba todo. Y lo que es peor, esa información no la supo conducir hacia lo que necesitaba: estrategias para enriquecer sus novelas y relatos (entre tanta lectura crítica, ese punto no lo recogió en su extensa ficha).

Pedro tenía las ganas y los recursos para sacar buen provecho de sus lecturas, pero invirtió mal su esfuerzo y su tiempo.  Vamos a intentar aprender de su experiencia.

En mi opinión, como ya habrás deducido, no todos los libros que leas van a interesarte tanto como para analizarlos. Si has leído el artículo anterior, te habrás fijado en que la primera de las preguntas que nos podemos hacer para abrir nuestro análisis es qué me gusta y por qué. Sin embargo, en este punto puede ser una buena idea cambiar el “me gusta” por el “me resulta interesante”.

El motivo es que no todos los libros que nos gustan pueden resultarnos interesantes a la hora de aprender un recurso nuevo o cómo aplicarlo de forma original. Puede que disfrutes leyéndolos, pero, como escritor, quizás no te hayan sorprendido. Además, también se da el caso contrario: hay libros que no los disfrutamos tanto pero en los que vemos una técnica o una estrategia narrativa que nos interesa aprender.

Lo ideal, qué duda cabe, sería que se combinaran ambos verbos y que todo lo que leyéramos, además de encantarnos, nos interesara sobremanera. Sin embargo, por desgracia no suele ser así. Por esa razón, te sugiero que orientes tu análisis hacia aquellas lecturas que te han suscitado interés como escritor.

Por supuesto, esta es una opinión personal. Hay autores que se decantan por analizar todo lo que cae en sus manos. Es otra opción. Tú tienes que encontrar la que más se ajuste a tu personalidad.

2. ¿Cómo puedo enfocar una ficha de lectura?

Cuando lees una obra que te interesa, lo más usual es que te ocurra uno de estos casos:

  1. Que te llame la atención algún fragmento concreto del texto, por ejemplo, un párrafo donde se describe un lugar.
  2. Que despierte tu interés algún elemento de la obra, por ejemplo, el orden temporal en que están narrados los hechos de la historia.
  3. Que la obra te haya encantado e interesado de principio a fin.
  4. Que detectes que en la obra hay algo que te ha interesado pero que no sepas qué es exactamente.

A continuación te describo cada punto con más detalle.

Trabajar un fragmento concreto del texto

En el primero de estos casos, lo que ha llamado tu atención es un párrafo o unas líneas de la obra. Es un texto concreto, y probablemente te has fijado en él porque es un “ejemplo” o “caso práctico” de un recurso que deseas aprender o utilizar.

Volvamos al ejemplo anterior: has destacado un párrafo de tu libro preferido donde se describe un lugar. Cuando lo subrayaste, estabas disfrutando de la lectura y desconocías por qué te resultaba interesante ese fragmento. Sólo sabías que ahí había algo que querías aprender. Después de terminar tu libro, vuelves a tus notas y analizas ese párrafo. Llegas a la conclusión de que el recurso que ha utilizado el autor es el empleo del lenguaje sensorial.

También puede ocurrir que ese texto haga referencia a algún recurso que identifiques al momento. Por ejemplo, has estudiado el cliffhanger y al llegar a determinado capítulo ves claramente que el autor lo ha utilizado. También en este caso puedes marcar el párrafo y conservarlo entre tus notas para recurrir a él cuando necesites revisar cómo utiliza el cliffhanger.

Tanto en un caso como en otro, lo que has destacado es un texto que puede ejemplificar algo que has estudiado o que te gustaría poner en práctica en tus escritos.

Trabajar un elemento de la obra

A diferencia del caso anterior, donde destacas unas líneas de texto, ahora lo que te interesa analizar es un elemento de la obra. Puede ser la trama, los personajes, la estructura de la novela, la voz del narrador, el manejo del suspense… En cualquier caso, lo que destacarías de esa obra no puede expresarse en unas pocas líneas.

Como ya has observado, ahora no tienes un “ejemplo”, sino que lo que ha despertado tu interés es el elemento, recurso literario o estrategia narrativa en sí. Simplificando mucho (y obviando muchos matices) podemos decir que estás recorriendo el camino inverso al anterior. Partes de un asunto que deseas analizar y te concentras en observar cómo el autor lo ha expresado en su obra: en un conjunto de capítulos, en algunas páginas, disperso a lo largo del libro, etc.

Me explicaré mejor con un ejemplo. No sé si has leído El cuento de la criada, de Margaret Atwood. En esta novela se entrelazan dos tiempos:

  • El pasado de June en EE.UU. y el comienzo de la república de Gilead: narra su vida con su pareja y su hija, su amiga Moira, su madre, su trabajo en una biblioteca, cómo se instaura el nuevo régimen y ella es “reeducada”, etc.
  • El presente de June en Gilead: se han suprimido los derechos de las mujeres y June es una “criada”, una mujer cuya única función es fecundar, gestar y dar a luz a los hijos de las clases altas (un buen número de la población era estéril).

Supongamos que me interesa analizar cómo la autora ha ido entrelazado ambos momentos de la vida de June, los cuales pueden funcionar como dos tramas a lo largo de la novela. Lo primero que llama la atención es que lo hace intercalando situaciones del presente y del pasado. Por tanto, lo que me gustaría analizar es cómo la autora ha conseguido narrar ambas tramas tejiendo esos saltos temporales con fluidez y haciendo que el lector, aunque no se le presente la información de manera ordenada, sea capaz de ordenar cronológicamente la historia una vez haya leído la novela.

Como ves en este ejemplo, lo que me gustaría analizar es un elemento de la obra: cómo se entrelazan las tramas. La autora lo consigue utilizando el recurso de los saltos temporales. Como estos saltos están presentes a lo largo de toda la novela, mi análisis iría dirigido a observar cómo se realizan, de qué manera se hilvana la situación del presente con la del pasado, qué tipo de frases se utilizan para darnos a conocer que está hablando de un hecho pasado o del presente, etc.

Como es natural, volvería al libro siempre que fuera necesario para buscar esos “ejemplos”, es decir, el párrafo o las líneas concretas donde se expresa lo que deseo estudiar. La información que me gustaría conservar en la ficha de lectura sería, además de mis conclusiones sobre la mezcla de tramas y los saltos temporales, los textos que me han resultado más interesantes.

Trabajar la obra de principio a fin

Puede darse el caso que hayamos leído una obra de la que hemos pensado: “esta no tiene ningún desperdicio” y queramos analizarla entera. Más adelante te doy algunas ideas de los campos que puedes incluir en tu ficha de lectura.

Al igual que te exponía en el punto anterior, sería útil que hicieras acopio, además de las conclusiones, de los textos donde se expliciten los recursos que has ido analizando.

Trabajar una obra de la que no se sabe muy bien qué es lo que más nos interesa

Si te ha interesado una obra en su conjunto, pero no sabes identificar qué es eso que deseas aprender, podrías aplicar las preguntas que te indicaba en el artículo de la semana pasada para intentar delimitar qué es lo que más te interesa.

Si aun así no sabes exactamente qué es lo que te gustaría destacar y aprender de ese libro, en ese caso puede serte útil realizar la ficha de lectura completa.

3. Ideas para crear la ficha de un fragmento de texto

Antes hemos visto que puedes destacar un fragmento de texto concreto de tus lecturas.  En ese caso, lo que solemos hacer es subrayar en el libro las líneas que han despertado nuestro interés. Sin embargo, tener el párrafo marcado no nos va a ser de mucha ayuda cuando queramos recordar cómo ese autor ha utilizado ese recurso literario. Es cierto que tienes un libro “trabajado”, pero cuando pase algún tiempo es probable que no recuerdes que en ese libro subrayaste ese dato en concreto. O puede que sí lo recuerdes, pero tardarías un rato en encontrar exactamente lo que necesitas.

Para intentar recuperar la información de una manera rápida y eficaz, te sugiero que copies ese texto en otro soporte. Puedes hacer una fotografía, copiarlo a mano en una libreta o fotocopiarlo. Además, puedes adjuntar una ficha con el análisis de ese fragmento que has guardado. No sería una ficha de todo el libro, sino sólo de esas líneas de texto que te han llamado la atención.

Como ya he comentado en alguna ocasión, cada uno tenemos que encontrar la manera de trabajar que mejor se adapte a nuestra personalidad y cualidades, por lo que es probable que tu ficha sea diferente a la mía.  No obstante, aquí tienes algunos puntos que pueden ayudarte en tu análisis y servirte de inspiración para crear tu ficha personal:

  • Datos de la obra: Título, autor, editorial, traductor, fecha de publicación, etc.
  • Localización del fragmento: número de página y línea.
  • Por qué has destacado ese fragmento: por ejemplo, por su lenguaje poético, porque emplea el arma de Chejov, etc.
  • Qué consigue el autor con ese fragmento: aumentar la tensión, caracterizar un personaje, introducir al lector en una atmósfera especial, etc.
  • Otros textos relacionados: aquí puedes nombrar textos de otras obras o de la misma obra donde se utilice el mismo recurso o similar. Si estos textos ya los has organizado mediante fichas, bastará que indiques a qué ficha haces referencia. Esto te facilitará comparar cómo distintos autores ponen en práctica el mismo recurso.
  • Otras apreciaciones y opinión personal: este punto es muy amplio para que  puedas hacer referencia a lo que desees.

4. Ideas para confeccionar una ficha de lectura completa

En el caso de que desees analizar la obra en su conjunto puede serte útil crear una ficha más completa. Por otro lado, si tu análisis lo enfocas a uno de los elementos y no a toda  la obra, puedes seleccionar sólo el apartado que te interese.

¿Qué apartados puede tener este ficha de lectura?

No olvides tu objetivo

Recuerda que el objetivo de realizar esta ficha de lectura no es hacer una crítica de la novela, sino analizar los recursos y estrategias que ha utilizado su autor y que te pueden servir para mejorar como escritor. Por esta razón, te sugiero que al analizar cada uno de los apartados anteriores tengas presente estos tres parámetros:

  • Concretar el recurso o estrategia literaria que el autor ha utilizado. No es necesario que sepas el nombre de tal o cual técnica, basta con que lo expreses con tus palabras.
  • Seleccionar un texto que pueda servirte de ejemplo a la definición del recurso anterior.
  • Relacionar con otros textos. Como ya te he comentado, te resultará útil poder comparar cómo otros autores utilizan el mismo recurso literario.

5. Una última sugerencia para organizar las fichas de lectura

Ya has realizado tu lectura, tu análisis y la ficha. Ahora es el momento de organizar esa información para poderla recuperar cuando vuelva a serte necesaria. Como es obvio, dependiendo del tipo de soporte que hayas utilizado (papel o digital) así será el archivo que tendrás que formar. Por ejemplo, carpetas en tu ordenador, ficheros si prefieres el papel como soporte, etc.

Lo hagas como lo hagas, el objetivo es poder recuperar la ficha de lectura y el texto cuando lo necesitemos. Por ello, crear unas carpetas que se llamen “Libros leídos en 2018” o “Fichas de libros de aventuras” no nos va a ser de mucha utilidad en este caso (pero pueden serlo en otros).

Te sugiero que abras carpetas y organices tus ficheros o libretas según el elemento o recurso que estás analizando. Por ejemplo, puedes abrir carpetas con títulos como estos: “Cómo introducir un flasback”,  “Ejemplos de narración enmarcada”, “Diálogos”, “Finales abiertos”, etc.

Y tú, ¿haces fichas o sólo subrayas y anotas en los libros que lees? ¿Tienes algún sistema para organizar todo lo que aprendes en tus lecturas? Cuéntame, cuéntame…

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RUTH M. RODRÍGUEZ,  Verbalina Escuela de Escritura Creativa

10 respuestas a «[Guía práctica] Cómo utilizar la lectura para mejorar como escritores (Parte II)»

    1. Gracias por leer este post y dejar tu comentario, Max. Si te animas a hacer alguna ficha de lectura, además de subrayar los pdf, espero que me cuentes qué tal resultado te da. Saludos.

  1. Soy novata en la escritura pero con una buena dosis de lectura. Hoy leyendo y releyendo esta guía suspiraba por no haberla tenido en su momento. Al contrario de Max , cuando compro y empiezo a leer un libro lo firmo, coloco la fecha en que lo inicio, la fecha en que lo termino y una nota de mi apreciación de su contenido. Durante la lectura subrayo, resalto, escribo notas al margen, comento, coloco caritas felices, risas, etcétera, en casi todos los libros que leo, siempre a lápiz, sin tinta alguna ni resaltadores fuertes, pero jamás retorno a ellas. Y no lo hacía porque no tenía la disciplina de la escritura, no conocía de recursos literarios para escribir….estoy aprendiendo ; iniciaré la tarea de elaboración de fichas, nunca es tarde.
    Mil gracias por ofrecernos estas excelentes ayudas.

    1. Muchas gracias por tu comentario, me alegra que la idea de las fichas de lectura te sirva. Ya me contarás qué tal te va cuando lo pongas en práctica 🙂

  2. Gracias Ruth, nunca he utilizado fichas de lectura, pero a partir de ahora las utilizaré, me parece muy interesante.

    Gracias y un saludo

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