Algunas personas eligen el otoño para iniciar nuevos proyectos. Así, en esta época hay quien comparte conmigo su deseo de escribir una novela o un libro de relatos, toman alguno de mis cursos o comenzamos a trabajar en su proyecto. Sin embargo, aunque se empieza con mucha ilusión, son bastantes los autores que abandonan el libro antes de verlo concluido.
Hoy me gustaría que habláramos (déjame tus comentarios a pie de página) sobre algunas de las razones por las que no terminamos nuestra novela o libro de relatos. Qué duda cabe de que cada caso es particular y que cada uno tenemos las nuestras, pero la experiencia me ha demostrado que tres de ellas se repiten a menudo:
- La procrastinación
- La falta de planificación
- Corregir en exceso
La procrastinación
Estoy segura de que te has topado con esta palabreja alguna vez, pero por si acaso aún no te has familiarizado con el término, comenzaré por definirlo:
Procrastinar es aplazar algo sin necesidad de hacerlo. En otras palabras, es retrasar, sin un motivo real para ello, el momento de sentarnos a trabajar en nuestra novela. Es el “ya lo hago mañana”, o el “me pongo ya con el libro, pero antes voy a…” y andamos buscando algo que hacer para no crearnos demasiada mala conciencia por no sentarnos a escribir.
Por supuesto, hay veces que necesitamos reorganizar nuestro tiempo y alterar la agenda que teníamos pensada para el día. Nos pueden surgir cuestiones imprevistas a las que tenemos que dedicar el tiempo que pensábamos emplear en nuestra novela. Incluso a veces hay que sacrificar el rato que tenemos para terminar nuestro libro en aras de otros asuntos más prioritarios. En estos casos no estamos procrastinando, sino ajustando nuestro tiempo a nuestras necesidades.
Pero si no tenemos una razón poderosa para retrasar la escritura de nuestro libro y las que nos surgen son meras excusas (y sí, sabemos cuándo nos ponemos una excusa a nosotros mismos), estamos siendo presas de la procrastinación.
Aunque a todos nos gusta caer en los brazos de la pereza alguna vez (y puede que no sea malo hacerlo de tarde en tarde, ya lo comentaba aquí), esto se convierte en un problema si comenzamos a perder demasiado el tiempo. La consecuencia de ello es clara: no avanzamos en nuestra obra y es muy probable que decidamos abandonarla porque el proceso de escritura se ha dilatado demasiado y nos hemos cansado.
Lo curioso del caso es que la mayor parte de las veces que procrastinamos no lo hacemos por holgazanería. Detrás de esa procrastinación suelen ocultarse nuestros miedos como escritores. Miedo a “no escribir bien” o a que lo que tenemos que contar no le interese a nadie son dos poderosos motivos para aplazar el momento de sentarnos para trabajar en nuestro libro.
Como ya te habrás dado cuenta, esos miedos están vinculados a nuestra inseguridad y, aunque a veces es difícil coger confianza, la inseguridad es algo que puede superarse (o al menos reducirse). ¿Cuál es la fórmula para ello? El trabajo, la formación y comenzar a dar a leer nuestros textos a alguien de confianza y que nos haga una crítica constructiva. Sé que no es una fórmula mágica e inmediata. Por el contrario, requiere esfuerzo, pero… ¿quién dijo miedo?
La falta de planificación
Esta es otra de las razones por las que puede que no acabemos nuestra novela. En este artículo hablé de la diferencia entre los escritores brújula y los escritores mapa. Te recuerdo un poquito en cómo se define cada uno de ellos:
El escritor brújula prefiere comenzar a escribir sin apenas reflexionar sobre su idea inicial. Espera que el momento de escribir sea lo suficientemente inspirador y mágico como para que vaya surgiendo la trama a medida que se va redactando, al igual que el perfil de los personajes, etc.
Por el contrario, el escritor mapa se inclina por realizar esbozos y esquemas donde desarrolla y elabora esa idea inicial antes de sentarse a redactar.
Como te comentaba en el artículo, cada autor debe encontrar su manera personal de crear y escoger qué método (brújula o mapa) se ajusta más a sus cualidades y aptitudes. Ahora bien, si te consideras un escritor brújula pero tienes dificultad en acabar sus obras, es muy probable que en realidad escribas mejor con “un mapa”.
Ni que decir tiene que el método brújula es muy atractivo: es emocionante aprovechar el chispazo de inspiración y ponerse a escribir sin tener nada claro e irlo descubriendo a cada página. Sin embargo, si no tienes cierta práctica o las cualidades necesarias, es probable que sufras algún bloqueo creativo a mitad de la novela o que a medida que vas escribiendo te vayas dando cuenta de que la idea era buena pero tu texto no lo está siendo tanto.
En ambos casos, la tentación de comenzar a procrastinar será fuerte y al final es muy probable que abandones la escritura sin ver tu obra terminada.
Corregir el texto en exceso
Hace algún tiempo te hablé de los inconvenientes de ir revisando cada palabra que escribimos (aquí puedes leerlo). Desde luego, no me refiero a que no haya que corregir la obra que hemos escrito. Eso es algo necesario, y hay que realizarlo desde diferentes perspectivas (ortográfica y gramatical, análisis de coherencia de la obra, tramas, estructura…)
Sí, corregir hay que corregir, pero no debe entorpecer nuestro proceso de redacción de la obra. Es positivo ser crítico con lo que escribimos y querer mejorar. Para ello podemos establecer algunas jornadas para revisiones dentro de nuestra rutina de trabajo, además de la necesaria corrección final (aquí puedes leer más sobre cómo organizar las correcciones de tu obra)
Sin embargo, interrumpir la escritura a cada instante para revisar el texto puede ser síntoma de nuestras inseguridades como autores. Las revisiones constantes, además de impedir avanzar en la escritura del libro, pueden debilitar nuestra autoestima (siempre sacamos algún “pero”) y hacernos sentir que perdemos el tiempo. El final más probable para este proceso ya lo conoces: nos bloqueamos y abandonamos la obra.
Como te decía al inicio de esta entrada, me gustaría que compartieras conmigo tu opinión sobre este tema. Todos hemos dejado alguna obra (novela, relato, etc.) sin acabar, y es muy probable que haya sido por alguna de estas razones. Pero también hay otras, más o menos personales.
¿Has dejado sin terminar alguna obra? ¿Coincides con estas razones o señalarías otras (me refiero a motivos generales, que puedan ser comunes, no a razones personales? ¿Cuál es tu opinión sobre este tema? Cuéntame, cuéntame…
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RUTH M. RODRÍGUEZ, Verbalina Escuela de Escritura Creativa
Buenos días.
Desde mi prehistoria literaria he dejado muchísimas obras sin terminar, si bien estoy convencida de que en los inicios, dicha peculiaridad forma parte del aprendizaje. Sin embargo, lo que me ocurre ahora diría que es por causa de ser una mezcla entre brújula y mapa. Me explico.
Cuando empiezo una obra, planifico, no en exceso, pero lo hago, sé dónde empiezo y dónde quiero terminar, y más o menos trazo el camino a seguir. Pasa que, a menudo, durante ese recorrido intermedio, los personajes, sus reacciones, el modo en que consigo darles forma toman un giro inesperado y me llevan por donde no pensaba que fuera a ir.
De pronto estoy en un lugar desconocido y no sé por dónde tirar. Esto no es malo en sí, no implica dejar la obra inconclusa, por lo menos en mi caso, pero sí que retrasa mucho el momento de terminarla.
Un abrazo.
Muy interesante y ayuda a la reflexión, si bien nos sobran los motivos para el abandono de una obra ,en mi caso que supongo sera el de muchos escritores que no vivimos de esto para aportar el pan de cada día , el tiempo es un pilar importante para concluir nuestros escritos , algunos (como yo) somos brújulas o Rosa de los vientos y un poco de mapa nos vendría bien.
Gracias por aportar esta nota que ayuda a pensar y replantear los objetivos
Un saludo desde el fín del mundo.-
A mi me ocurre con frecuencia que, en cuanto tengo una idea, estoy deseando comenzar a escribirla. Intento planificar, y en parte lo consigo, pero mi planificación nunca es completa. Siempre hay una parte que dejo para más adelante y me lanzo directamente a escribir. Luego, cuando llego a la parte no planificada, me atasco. Intento volver a planificar, pero entonces me doy cuenta de que hay parte de lo que he escrito que debería cambiar para encajar esa nueva planificación. Y llega el bloqueo.
Yo suelo escribir a partir de una idea, hecho o suceso que me llame la atención. Luego escribo las primeras líneas y voy modificando el evento que me ha inspirado el relato, microrrelato o poema, hasta darle forma y finalizar con algo inesperado, según los casos. Una novela requiere mucho control sobre los personajes y los acontecimientos para que resulten atractivos al lector; una visión de conjunto que puede resultar complicada a medida que van apareciendo personajes y las escenas, indicios o sugerencias, van complicando el desarrollo. Yo no sabía esa clasificación de escritores brújula o mapa, pero lo ideal creo que es buscar una dirección y una vez encontrada empezar a caminar.
Gracias por lo consejos son muy buenos ,es verdad muchas veces es difícil terminar una obra pero la persistencia a pesar de todo es importante ya que en una novela incluso escoger un nombre apropiado para los personajes es importante.
En mi humilde opinión, la clave reside en la perseverancia. Escribe, lo hagas bien o mal, escribe y no pares. Ya habrá tiempo de revisar, ya habrá tiempo para coordinar y arreglar las incoherencias. Escribe. Cuando ves tu obra completada, aunque te falte revisar, es cuando terminas.
Hola Ruth,
Me encantan tus artículos , aunque no siempre haga comentarios al respecto.
Pero en esta ocasión, quiero comentarte que me pasa de todo. Un poco la procrastinación, de la cual acabo de descubrir que es por el miedo de que no guste lo que escribo , que a nadie le interese o a recibir una crítica severa.
Por otro lado, soy muy dada a las constantes revisiones y esto me hace que me sienta insegura y tentada a cambiar muchas partes del relato, por lo que no siento que avance. Pero me esforzaré por seguir hasta lograr terminar.
Muchas gracias por compartir tus invaluables consejos.
Recibe un saludo desde Guadalajara, México.
Hola Ruth.
Demasiado interesante tus explicaciones acerca de este arte. Hay alli muchas cosas por las que me siento identificado, pero eso me ha dado un gran impulso para organizar mi historia. Con ello, me has levantado el animo, y no sabes como. Voy a organizar mis ideas y comenzar a escribir. Ya lo veras. Estoy sumamente emocionado con esta idea. Tendrá un final feliz. Gracias por tus invaluables recomendaciones.
Desde Venezuela, recibe un afectuoso saludo.
Gracias RUTH, a veces siento que me conoces, aunque no soy escritor, he intentado tantas veces escribir mis pensamientos, y otras tantas los he deshechado, si, creo que la inseguridad, las realidades personales, a veces consecuencia de tantas experiencias y creer que hay tanto para contar, y el temor que no le interesen a nadie.
Llevo tanto tiempo escribiendo que lo primero ya es viejo, y si he dejado para despues, porque si no estoy seguro de publicar ni de escribir bien y si todo se diera bien no se como lo enfrentaria…….. Ves que me encanta lo que muestras a traves de tus provocaciones, en el buen sentido, porque parecen hablarme a mi.
Abrazo y hasta cualquier momento.
Me he sentido identificado con todos los puntos. Mi primera novela la abandoné a las 100000 palabras (poquito) por falta de preparación e inseguridad. Me di cuenta a la mitad de que era un escritor mapa y de que había metido multitud de elementos en mi trama que carecían de propósito alguno.
Me puse a revisar y a intentar arreglarlo, pero siempre encontraba algún nuevo fallo que me hacía perder más y más confianza en mí mismo. Me empezó a dar la sensación de que todo mi trabajo previo no había servido de nada y cada vez me costaba más seguir escribiendo.
Pero bueno, aprendí de mis errores: ahora lo planifico todo, tengo más recursos y confianza y noto como mi estilo de narración va mejorando. No todo son cosas malas. 🙂