La saeta: Serrat y Machado
El primero de ellos es el poema de Machado, La saeta, que todos hemos aprendido con la canción de Joan Manuel Serrat. Un poema que reivindica al Jesús que anda por el mar libremente frente a esa imagen del Jesús amarrado al madero.
para quitarle los clavos a Jesús El Nazareno?
Oh la Saeta al cantar al Cristo de Los Gitanos
siempre con sangre en las manos
siempre por desenclavar
Cantar del pueblo andaluz
que todas las primaveras
anda pidiendo escaleras
para subir a La Cruz
Cantar de la tierra mia
que echa flores
al Jesús de la Agonia
y es la fe
de mis mayores
Oh no eres tú mi cantar
no puedo cantar ni quiero
a ese Jesús del Madero
sino al que anduvo en la Mar.
Un canto de reivindicación de la presencia del Jesús libre que supera la muerte, del Jesús que anduvo en la mar. Una visión de un poeta andaluz que reclama la alegría de la visión religiosa en medio de la tradición que recoge la saeta.
La muerte de un hombre por el pueblo: Espriu y Raimon
que un hombre muera por un pueblo,
pero jamás ha de morir todo un pueblo
por un hombre solo:
recuerda siempre esto, Sepharad.
Haz que sean seguros los puentes del diálogo
y trata de comprender y de estimar
las diversas razones y hablas de tus hijos.
Que la lluvia caiga poco a poco en los sembrados
y el aire pase como una mano extendida,
suave y muy benigna sobre los anchos campos.
Que Sepharad viva eternamente
en el orden y en la paz, en el trabajo,
en la difícil y merecida
libertad.
Una reivindicación del entendimiento entre todos, de la paz y la libertad como valores esenciales de la comunidad. Una excelente reflexión que desde la muerte de Jesús reclama la convivencia en paz, en el trabajo para todos y en la libertad. Muchas referencias posibles a situaciones actuales que el poema quiere recoger y que estaban en la mente de Salvador Espriu cuando escribía estos versos.
A donde te escondiste amado: San Juan de la Cruz y Estrella Morente
amado, y me dejaste con gemido?
Como el ciervo huiste,
habiéndome herido;
salí tras ti, clamando, y eras ido.
allá, por las majadas, al otero,
si por ventura vierdes
aquél que yo más quiero,
decidle que adolezco, peno y muero.
Buscando mis amores,
iré por esos montes y riberas;
ni cogeré las flores,
ni temeré las fieras,
y pasaré los fuertes y fronteras.
¡Oh bosques y espesuras,
plantadas por la mano del amado!
¡Oh prado de verduras,
de flores esmaltado,
decid si por vosotros ha pasado!
pasó por estos sotos con presura,
y yéndolos mirando,
con sola su figura
vestidos los dejó de hermosura.
Acaba de entregarte ya de vero;
no quieras enviarme
de hoy más ya mensajero,
que no saben decirme lo que quiero.
Y todos cantos vagan,
de ti me van mil gracias refiriendo.
Y todos más me llagan,
y déjame muriendo
un no sé qué que quedan balbuciendo.
Mas ¿cómo perseveras,
oh vida, no viviendo donde vives,
y haciendo, porque mueras,
las flechas que recibes,
de lo que del amado en ti concibes?
Lamentaciones del profeta Jeremías
Y termino mis recomendaciones con un texto desgarrador y lleno de fuerza como son las Lamentaciones del Profeta Jeremías. Una narración llena de dolor y que describe la tragedia de su pueblo. La quinta Lamentación es especialmente amarga:
Nuestra heredad ha pasado a extranjeros, nuestras casas a extraños.
Somos huérfanos, sin padre; nuestras madres, como viudas.
Hacia Egipto tendemos nuestra mano, hacia Asur para quitar el hambre.
Esclavos nos dominan, nadie nos libra de su mano.
A riesgo de la vida logramos nuestro pan, afrontando la espada del desierto.
Nuestra piel abrasa como un horno, a causa del ardor del hambre.
Han violado a las mujeres en Sión, a las vírgenes en las ciudades de Judá.
Colgados fueron por sus manos los príncipes; la faz de los ancianos no ha sido respetada.
La versión del Antifonario mozárabe de Silos del siglo IX es sin duda una excelente versión de este texto y escuchada en la iglesia en penumbra con las luces del tenebrario que poco a poco se va encendiendo al ritmo de las letras iniciales del alfabeto hebreo es espléndida.
Una versión que en su sobriedad, en los valores históricos que tiene su partitura es una forma de seguir el texto del profeta Jeremías con toda su carga de dolor y de fuerza. Una historia que parece ser la de muchos ciudadanos hoy en día si cambiamos ligeramente las imágenes y las palabras.
Poemas para la Semana Santa con sus trascripciones musicales, con las necesarias reflexiones que nos introducen en una visión especial de esta semana que empieza hoy Domingo de Ramos.
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