Microrrelato ganador del III Certamen de Microrrelatos Verbalina
Insistí en que yo era profesor de humanidades, filología hispánica, y ni siquiera me escuchó. Dijo que su pin era del pub que sponsorizaba su casting para top-model. No apreció mi inquietud y continuó hablándome de sus masters, los amigos yuppies y el ranking, el footing del crepúsculo acompañada de su ipod, el stress y los sandwichs. Palpando los vacíos de su retahíla, intenté trasmitirle mi actitud de rebeldía diciéndole que yo, al principio, fumaba por la curiosidad del adolescente, y que terminé haciéndolo para consolidar mi personalidad. Ignoró mis palabras. Manifestó que su handicap había sido siempre dejarse dominar por sus feelings; luego, entornando los ojos, insinuó que podría ser mi baby-sitter. No pude contenerme. Le robé su broncodilatador y cerré la ventana de aquella reducida estancia; después, me convertí en humo. Era asmática y no pudo resistirlo pero… ¿Qué otra cosa podía haber hecho yo, señor juez?
Felicidades un gran relato.
Enhorabuena al ganador!!!!
Jajajajaja es genial, con escritos así la competencia era dura. Muy enhorabuena y bastante ingenioso. Me encanta (y lo comprendo, señor juez)