A continuación transcribimos un fragmento del artículo firmado por Jaqueline Murillo y publicado en el blog “Nisaba”. Esperamos que sea de vuestro interés.
FUENTE: http://blognisaba.wordpress.com/2013/01/04/el-verbo-bastar-uso-para-una-buena-comunicacion/
El verbo intransitivo bastar en su presente indicativo basta, tiene diversos significados según la construcción utilizada y su contexto. Su comportamiento sintáctico es distinto de otros verbos españoles y eso le otorga gran versatilidad, pero también abre la posibilidad de usarlo de manera imprecisa según las intenciones de comunicación.
Algunas construcciones correctas del verbo bastar son:
Este trozo de cuerda basta para atar el paquete.
Nada basta a su ambición. (Moliner, 2007: 368).
En estos ejemplos, el significado de basta es ‘ser suficiente’: Este trozo de cuerda es suficiente para atar el paquete; Nada es suficiente para su ambición.
El uso de preposiciones también enriquece y diversifica sus usos y significados: basta con, basta de, bastar(se) para (Slager, 2007: 85-86). También tenemos las construcciones bastar y sobrar y hasta decir basta (Moliner, 2007: 369).
Por lo tanto, según la construcción gramatical en la que se utilice, este verbo necesitará de componentes sintácticos adicionales para leerse y comprenderse. Así, basta, sin acompañamientos es un imperativo útil para detener una situación o para cambiar de una situación a otra:
¡Basta!
¡Basta ya!
Pero, si incluimos en la oración el qué se quiere detener, es necesario incluir la preposición de para lograr la construcción basta de. La preposición introduce la situación que se desea detener, ya sea a la mayor brevedad, como una orden, o como antecedente de algo más:
¡Basta de majaderías!
Basta de teoría y pasemos a la práctica.
También se puede acudir al uso de adverbios, para especificar y aclarar el significado. Así, podemos decir:
No basta con hablar (es necesario pasar a la acción).
O bien, su opuesto:
Basta con hablar (cualquier acción es innecesaria).
En estos dos ejemplos, el uso del adverbio de negación hace la diferencia en el significado.
Un ejemplo de corrección
Para ver cómo el uso de la construcción sintáctica del verbo puede hacer una gran diferencia semántica, me robo el ejemplo de una oración que encontré en un afiche. Aquí, el verbo bastar está empleado de tal manera que entra en contradicción con el mensaje general del cartel.
Basta que nos saquen de la plaza sin darnos una solución. Queremos tener un espacio para practicar nuestro deporte ! [sic].
En este ejemplo, el basta, por ser empleado sin preposiciones o adverbios, sería equivalente a “es suficiente”. La oración, por lo tanto, se leería: Es suficiente que nos saquen de la plaza sin darnos una solución. Pero entonces se abren interrogantes: ¿es suficiente para qué? No hay información aquí para saberlo. Se puede deducir, de la oración, que algunas personas fueron expulsadas de una plaza sin recibir alternativas. Pero entonces, ¿a qué se refiere el “basta”?
De hecho, si no se tomara en cuenta la oración siguiente, casi se diría que esta es la expresión opuesta a aquello que se pretende comunicar. Puedo escuchar a un líder comunal diciendo: “basta sacarlos de la plaza [sin preocuparnos de darles una solución] para acabar el problema”. Pero no me puedo imaginar a una de las personas agraviadas diciendo “basta que me saquen de la plaza [sin darme una solución] para acabar el problema”. En otras palabras, ¿qué falta?
Dado que la oración no es clara o parece incompleta, obliga a realizar un ejercicio de especulación que, en el caso de un afiche, no debería producirse. Una de las reglas básicas del afiche es constituir un “golpe al ojo”, un instrumento de comunicación transparente, con un mensaje intenso, transmitido en un espacio y tiempo mínimos (un fragmento de pared física o virtual, unos cuantos segundos). El significado debería ser directo, claro, al grano y sin ambigüedades. Por lo tanto, al carecer de una explicación adicional o de un contexto adecuado, la oración parece perfectamente gramatical, pero no lo es. Lo que es peor: no comunica el mensaje deseado y se puede creer que transmite la idea opuesta.
Ahora bien, si se exploran otras construcciones gramaticales, la oración podría comenzar a tener sentido, incluso sin otros añadidos:
No basta con que nos saquen de la plaza sin darnos soluciones.
Basta de que nos saquen de la plaza sin darnos soluciones.
En el primer caso, se entendería con claridad de que prohibir el uso de la plaza es insuficiente: se necesita una solución. En el segundo caso, se solicita y se exhorta de manera directa a terminar con esta acción, claramente considerada una agresión. Así, con cualquiera de estas dos correcciones, la oración adquiere sentido y, de paso, recupera su estatus de oración completa, gramatical y, sobre todo, semánticamente correcta.
Lista de referenciasMoliner, María (2007). Diccionario de uso del español (3.a ed., 2 vols.). Madrid: Gredos.
Slager, Emile (2007). Diccionario de uso de las preposiciones españolas. Madrid: Espasa.
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